Un cuento para Hoy
Había una vez un tiempo en el que los habitantes del Planeta Tierra se ponían tristes cuando llovía y cuando las nubes grises asomaban en el cielo, cuando las tormentas irrumpían con toda su potencia y los vientos agitaban la atmósfera, cuando el calor los calentaba por demás y cuando el frio los enfriaba .
Cuando el verano llegaba rechazaban sus temperaturas y en el invierno las extrañaban. Cuando en invierno las bajas temperaturas se sentían , añoraban el verano. Cuando en el otoño la naturaleza ensuciaba sus calles y cuando en la primavera volaba el polen de las flores.
No les gustaba recibir a la noche porque extrañaban el sol y cuando amanecía querían que siga siendo de noche para seguir durmiendo.
Los seres que habitaban la Tierra no querían sentir miedo, ni angustia ni emociones que su sociedad etiquetaba de displacenteras o no correctas. Y cuando las emociones permitidas aparecían, las trataban de controlar , no exagerarlas, disminuirlas, reemplazarlas, o también sentían miedo porque se les iban a terminar pronto.
Cuando sus hijos nacían eran muy pequeños y cuando crecían eran muy grandes.
El rechazo a la vida cada vez era mas intenso y cada vez les causaba mas sufrimiento, entonces empezaron a aliviar el sufrimiento tapándolo con todo tipo de atontadores emocionales ( humo, alcohol, pastillas, televisión, viajes, relaciones tóxicas, las redes, etc) pero estos atontadores eran de una corta duración, al tiempo la angustia volvía con mas potencia aún.
Y así por largos años los seres humanos vagaron por la Tierra como dormidos, preocupándose por no sentir lo que sentían y por sentir lo que no sentían, el sufrimiento por ser lo que no eran los llevo a la locura. La dualidad los transformó en seres sin emoción, alertas, con miedo, rechazando lo que no les gustaba según su sistema de creencia y sus culturas. Fueron largos años de este aprendizaje.
Hasta que un dia empezaron a darse cuenta de que no había solución, de que estaban inmersos en un callejón sin salida y cuando todos los atontadores y exigencias mentales se les agotaron soltaron todo, llego el kaos, la desesperación, y en este kaos surgió la necesidad de buscar otro camino, empezaron a observar la poca naturaleza que les quedaba a su alrededor y a aprender de ella.
Observaron los árboles, las plantas, los animales, el día y la noche, las estaciones, los ciclos lunares, escucharon a sus ancestros, escucharon la vocecita de sus corazones…y se empezaron a dar cuenta de que son parte de la Naturaleza, de que no necesitaban luchar contra ella , es decir, contra su propio origen, sino mas bien acompañarla, aceptarla tal como es, no rechazándola mas, sino abrazándola con todo lo que ella les traía, sin juzgar ni hacer juicios sin sentido.
Y de repente se dieron cuenta de que sus relaciones también empezaron a cambiar, cada uno respetaba los ciclos naturales del otro, se acompañaban, se aceptaban, se amaban, no se juzgaban , no encarcelaban al otro en relaciones tóxicas, eran dinámicas mas libres y llenas de amor incondicional.
Respetaban el pensamiento del otro, respetaban su manera de aprender, sus preferencias, sus tiempos, sus alegrías y tristezas, sus métodos de sanación y sus creencia sociales y políticas.
Hoy en este tiempo planetario sin tiempo, los seres humanos descubrieron la Paz y Alegría de vivir en la Tierra, aprendiendo de sus experiencia pasadas y nutriéndose de ellas, sin rechazarlas, sino pudiendo sumarlas.
Estamos en la Fiesta de Gaia, unidos y respirando el amor verdadero, el que integra todo y a todos.
Feliz estadía humanos!
La Naturaleza